consisten en un par de cables de gran sección y aislados eléctricamente con pinzas de cocodrilo en cada extremo. Los cables de arranque están disponibles en varias longitudes. La sección de los conductores de cobre varía desde unos 5 mm² para equipos de bajo rendimiento hasta los 45 mm². Las pinzas de cocodrilo suelen estar distinguidas por colores, y protegidas por una capa de PVC aislante para prevenir cortocircuitos eléctricos.
Los cables de arranque están marcados con terminales de color negro para los conectores negativos y rojo para los positivos, representando las dos polaridades del sistema de corriente continua de un automóvil. Intercambiar las polaridades causará un cortocircuito, y por consiguiente, un riesgo para las personas y daños a uno o ambos automóviles, posiblemente incluyendo fusibles eléctricos y circuitos integrados fundidos. Los manuales de instrucciones recomiendan conectar primero el cable negativo, negro, y desconectarlo el primero, dado que de otra forma la batería puede ser cortocircuitada por la herramienta usada para aflojar los terminales. Conectar el cable positivo, rojo, mientras que el negro ya está conectado puede provocar una chispa que haga explotar la batería.
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